Las lentes progresivas son el todo terreno de las gafas. Llevan muchos años en la vida de los présbitas y por nuestra experiencia sabemos que muchas personas necesitan información respecto a qué son, cómo funcionan y cuándo usarlas. Y algo más importante, desconocen qué aportan a nuestra salud visual y cómo influyen en nuestra calidad de vida.

Pareja feliz con lentes progresivas
La calidad de vida mejora con unas lentes progresivas de calidad

¿Qué es la presbicia?

La presbicia es la pérdida gradual de la capacidad de los ojos para enfocar objetos cercanos. Generalmente la presbicia empieza entre los 40-45 años y evoluciona hasta los 65 años.

El primer síntoma que nos indica la aparición de la presbicia es cuando empezamos a sostener el móvil, los libros y periódicos a un brazo de distancia para poder enfocar y poder leer. Otros síntomas asociados a la presbicia son el cansancio ocular y los dolores de cabeza tras una lectura o un trabajo de cerca minucioso.

Si tienes alguno de estos síntomas es conveniente que confirmes la presbicia con un examen visual en Tu Visión Ópticas.

Lentes progresivas, la mejor solución para la presbicia

Unas lentes progresivas nos permiten ver de lejos y de cerca y en todas las distancias intermedias. No se deben confundir con las gafas bifocales, que llevan una especie de lentilla en la parte inferior que permite ver sólo de lejos o cerca unos 30 cm, sin tener en cuenta las distancias intermedias.

Muchas personas piensan que los cristales progresivos son solo para personas que ven mal de lejos y empiezan a tener problemas de cerca. Sin embargo, aquellas personas que tienen una visión perfecta de lejos y empiezan a tener problemas de cerca también se benefician de las ventajas de un progresivo. Las razones para usar un progresivo en estos casos son:

  • Estéticas: Las gafas de cerca tendemos a ponerlas en la punta de la nariz para levantar la vista y enfocar de lejos. Los cristales progresivos pueden graduarse de manera que en la zona de lejos la graduación sea neutra y empiece la graduación en la zona intermedia hasta llegar a la zona cercana con la graduación adecuada. De esta forma llevamos una gafa progresiva perfectamente ajustada al rostro cubriendo las distancias intermedias y sin necesidad de mirar por encima para ver de lejos.
  • Puedo llevarlo solo cuando lo necesito: Si nuestra dificultad es ver bien de cerca y a distancias intermedias, podemos usar la gafa progresiva solamente en esos momentos. En cambio, para ciertas graduaciones necesitamos llevar gafas progresivas de forma continua para ver mejor.
  • El bienestar visual tiene un precio: Una de las quejas respecto a los progresivos es que el precio de los cristales encarece la gafa. Algunos piensan que una solución viable es usar gafas de cerca y de lejos. Pero al final, siempre andamos con dos o tres pares y cada poco llevándolas a reparar o comprando una gafa nueva.
    En resumen, si echas cuentas, esta opción a la larga sale más cara y es un engorro ir quitando y poniendo constantemente. Además, esta solución deja sin resolver las graduaciones intermedias.
mujer présbita con lentes progresivas
Mujer présbita con lentes progresivas

Adaptación a los progresivos

Un asunto peliagudo que sucede a menudo es el miedo a la adaptación. Corren muchas leyendas en torno a las gafas progresivas. Seguro que has oído; “mi tía nunca se ha acostumbrado a usarlas” o “mi amigo se ha tropezado por culpa de las gafas progresivas”. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?

Hace 20 años, cuando se generalizó el uso de las gafas progresivas, el porcentaje de personas con dificultad de adaptación a los progresivos era de un 30%.

Actualmente, la adaptación a unas gafas progresivas es de un 90 % y solo el 10% de las personas tienen dificultades en la adaptación.

El diseño de los progresivos de hace 20 años reducían demasiado el campo visual, los cristales contenían muchas aberraciones y la transición de lejos-cerca era muy brusca.

Hoy los campos visuales se hacen a medida, teniendo en cuenta factores como la forma de mirar, la postura del usuario, la distancia de trabajo y la forma de su cara.

Respecto a las aberraciones destacar que son zonas de los cristales donde no es posible ver bien y cuantas menos haya y se sitúen en el diseño del cristal fuera del enfoque del ojo, se ve mejor.

Por último, las transiciones de lejos-cerca se han mejorado de manera que la progresión entre las dos zonas prácticamente no se distingue.

Trabajo de cerca
Trabajo minucioso con visión de cerca

Entre las personas que nos consultan porqué tienen dificultades de adaptación encontramos varias causas que se repiten:

  • Hay personas sugestionadas, que cuando se ponen sus gafas progresivas no se encuentran cómodos y con el tiempo siguen diciendo que no se adaptan. En ocasiones optamos por cambiar las gafas por unas de lejos y otras de cerca y nuestros clientes no tardan en volver ni 24h a por sus progresivos.
  • Nos bombardean con ofertas de progresivos por 150€, o llévate tres pares por tan solo 250€, etcétera. Se dice que “nadie da duros a cuatro pesetas”, por eso unas buenas lentes progresivas tienen un precio. Y las dificultades de adaptación en muchos casos está directamente relacionada con la calidad del diseño y los materiales del cristal.
    La diferencia entre distintas calidades de cristales progresivos se observa al instante según la reacción del usuario al poner la gafa. Es habitual que al poner la gafa por primera vez cueste centrarse en la visión de cerca, pero en apenas 5 minutos el usuario se habitúa. Y es que el cerebro necesita un pequeño aprendizaje. En cambio, no existe sensación de mareo o de mala visión en ningún momento siempre y cuando el cristal sea de buena calidad.
  • Cuando una persona tiene dificultades de adaptación normalmente es que existe un error refractivo; que la graduación de las lentes no es la correcta o que hay un mal montaje o ajuste.

Una persona con dificultades de adaptación, con una visita a su óptica y una comprobación del ajuste de la gafa progresiva, puede cambiar sus sensaciones de 0 a 100 en tan solo 5 minutos.

Limitaciones de una gafa progresiva

Como hemos comentado anteriormente, una lente progresiva no es un ojo y siempre vamos a tener ciertas limitaciones. Podemos enfocarlo de este modo o bien, podemos verlo desde el punto de vista que preserva nuestra salud postural.

Esto quiere decir que podemos tener ciertos problemas para ver bien con unas gafas progresivas si tenemos costumbres como ver la tele o leer en la cama en una mala postura, o levantar la cabeza para mirar por la parte de abajo de la gafa. Con las gafas progresivas es importante dirigir los ojos y no mover la cabeza para ver ciertos objetos. Y este simple hecho nos obliga a corregir las malas posturas asociadas a algunas actividades de la vida cotidiana.

Mala postura de lectura
Con unas gafas progresivas evitamos malas posturas

En cuanto a la visión lateral, es verdad que cuando las graduaciones son altas hay más aberraciones en las lentes de manera que para ver bien lateralmente es necesario mover un poco más la cabeza. Además, hay personas que tienen la costumbre de mirar de reojo. En este caso, deben acostumbrarse a mover más el cuello para tener una perfecta visión lateral.

En resumen, cuando tomas la decisión de ponerte unas gafas progresivas recuerda tener en cuenta tres puntos claves:

  1. Ir a una óptica de confianza, con buenos profesionales.
  2. Saber que la adaptación es segura y si surge alguna dificultad consultar con tu óptico-optometrista. La mayoría de las veces las dificultades que surgen son fácilmente subsanables.
  3. Y, elegir un buen cristal progresivo, que se adapte a ti y a tu estilo de vida y costumbres.

Ven a Tu Visión Ópticas y consúltanos, tanto si es la primera vez como si eres usuario de gafas progresivas y tienes dificultades de adaptación tenemos las herramientas para educar tus ojos así como planes de financiación que pueden ayudarte a tener lo mejor de forma más sencilla.

Además, disponemos de AVA de Essilor, una de las mejores marcas del mercado en cristales progresivos. En exclusiva en El Bierzo.

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