La miopía es un defecto refractivo que provoca visión borrosa de lejos. Se produce por un desajuste entre la potencia de los denominados “medios refractivos oculares” (córnea y cristalino) y la longitud del ojo. Esto provoca que las imágenes sean enfocadas delante de la retina en lugar de sobre ella, provocando baja visión.
Es una condición multifactorial en la que están profundamente interrelacionados factores genético-hereditarios y ambientales. Suele aparecer entre la niñez y la adolescencia progresando a lo largo del tiempo. Su progresión tiende a disminuir a partir de los 19-21 años y en algunos casos de miopías altas no deja de aumentar durante toda la vida.
Este defecto de la vista se divide típicamente en dos tipos dependiendo de su cuantía. Cuando el umbral es inferior a 6 dioptrías se considera miopía normal, a partir de esta graduación se pasa a denominar miopía Magna.
Además, la probabilidad de sufrir patologías oculares severas en edad adulta (desprendimiento de retina, glaucoma, catarata, pérdida visuales permanentes) aumenta exponencialmente con el grado de miopía. De manera, que esos riesgos son mayores cuanto mayor es el grado incluso cuando la cuantía de la misma es baja.
Es fundamental frenar o ralentizar la progresión de la miopía para evitar el riesgo de morbilidad ocular asociado a ella
A día de hoy, 5 de cada 10 estudiantes universitarios son miopes. Y va en aumento entre los nativos digitales donde hay más miopes jóvenes y con altas graduaciones. Este hecho es global y se ha detectado en todos los países occidentales.
¿Por qué aumenta la miopía?
La progresión de este defecto refractivo aumenta en la adolescencia por varios factores. Entre ellos, los genéticos que llamamos “no modificables”, sobre los que no podemos actuar. Los «modificables» están asociados a nuestro hábitos y conductas. Los factores modificables han sido identificados gracias a estudios clínicos y son los siguientes:
- El estilo de vida actual: En Occidente llevamos una vida más sedentaria. La ausencia de actividades en exteriores con luz diurna se ha demostrado que es un factor crítico que desencadena mecanismos por los cuales se desarrolla.
- Excesivo trabajo de cerca: Por otro lado la reducción de la distancia de trabajo (la distancia a la cual sostenemos los objetos para verlos e interactuar con ellos) y la realización de actividades de cerca de forma continuada sin pausas. Es otro factor que está detrás tanto de la aparición miopía como de su progresión.
Qué podemos hacer para frenarla
La primera medida es identificar si los peques tienen riesgo potencial de hacerse miopes. Un examen visual completo permite identificar quiénes están en riesgo de desarrollarla.
Afortunadamente, hoy en día contamos con diversas técnicas y tratamientos que nos permiten controlar la progresión y disminuir el riesgo de sufrir enfermedades asociadas. Por ello, hacemos un breve repaso de los tratamientos a tener en cuenta:
- Revisiones periódicas: Las revisiones periódicas de la vista en el óptico optometrista son fundamentales para detectar la aparición de la miopía a tiempo. Ponle freno cuanto antes para que no alcance niveles de riesgo.
- Lentes de contacto de control de miopía: Son lentes de contacto blandas especiales para el control de la miopía. Su uso es idéntico al de las lentillas convencionales, pero su geometría nos permite intervenir sobre la progresión y frenar su desarrollo.
- Lentes ópticas para control de miopía: Son lentes para nuestras gafas con un diseño especial que se han mostrado eficaces para frenar la miopización.
- Ortoqueratología: Lentes de contacto de uso nocturno que moldean la córnea y permiten tener una visión perfecta todo el día. Sin necesidad de gafas u otras lentillas durante el día, intervienen sobre los mecanismos visuales que hacen que la miopía progrese.
Ahora ya sabemos en qué consiste el control de miopía y qué tratamientos ópticos disponemos para poner freno a su progresión.
Recuerda, un examen visual pormenorizado con un protocolo específico para la miopía infantil y juvenil nos permite valorar qué técnica o tratamiento es mejor para cada caso concreto.
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